La hipersensibilidad dentinaria es un problema cada vez más frecuente en la consulta odontológica y podemos decir que 1 de cada 3 personas lo presenta, siendo su prevalencia máxima entre los 30 y 40 años de edad. Se define como una hiperestesia que se caracteriza por dolor breve y agudo que surge de la dentina expuesta en respuesta a estímulos típicamente térmicos, táctiles osmóticos o químicos y que no pueden atribuirse a ningún otro defecto o patología dental.
Cuando pensamos en la lesión de la condición, o sea en la dentina expuesta, tenemos que evaluar por qué dicho tejido quedó expuesto. Para que la dentina quede expuesta debe ocurrir la pérdida del esmalte (por ejemplo: atrición, abrasión, abfracción o erosión ácida) o la recesión gingival con pérdida de cemento.
En el libro “Estética y blanqueamiento dental en la era digital” (Kohen SG, Varas PA, Jadad Bechara E; 2023) se interioriza en todos los aspectos de la hipersensibilidad dentinaria, sus mecanismos de acción (teoría hidrodinámica) y cómo impacta esta situación en el comportamiento y en la calidad de vida de nuestros pacientes.
Los autores plantean detalladamente un protocolo para el manejo de la condición en el consultorio que implica los siguientes pasos: Identificar los signos de hipersensibilidad dentinaria y descartar otras causas de dolor dental, educar a los pacientes sobre las técnicas correctas de cepillado y los hábitos de cuidado oral, y recomendar el cambio de la crema dental habitual a una crema dental especializada para la sensibilidad. Esta crema dental debe cumplir dos funciones fundamentales: reducir o disminuir el movimiento de fluido tubular, y producir una capa que sea resistente a la disolución en la cavidad oral.
Actualmente existen dos tipos de tecnologías en las cremas desensibilizantes para el uso en el hogar: las que actúan mediante la desensibilización de las terminales nerviosas (a través de productos con nitrato de potasio y cloruro de potasio) y las que producen la oclusión de los túbulos dentinales expuestos. Se detallan los mecanismos de acción de estos dos tipos de cremas dentales mediante los principales componentes de cada una de ellas: las sales de potasio, cloruro de estroncio, Novamin y el fluoruro de estaño.
Es muy frecuente la relación entre el blanqueamiento y la sensibilidad dental. El peróxido de hidrógeno, debido a su bajo peso molecular, atraviesa fácilmente el esmalte y la dentina. De esta manera es responsable de sensibilidad transitoria, la cual será más o menos intensa, de acuerdo, a la concentración de peróxido de hidrógeno, al tiempo de tratamiento y al umbral doloroso de cada paciente. La hiperemia producida por el blanqueamiento es siempre reversible.
La mayoría de los agentes blanqueadores son higroscópicos e hidrofílicos, es decir que tienden a tomar agua del medio, produciendo la deshidratación del esmalte y especialmente de la dentina. Esta deshidratación deja los túbulos dentinales abiertos produciéndose un movimiento de fluidos intratubulares responsables de la transmisión del estímulo de sensación dolorosa. Los blanqueadores también afectan a la sensibilidad dentaria por alterar la presión de aire, la osmolaridad, la temperatura y el pH en distintas medidas.
Los autores proponen un plan de tratamiento que se clasifica en función al momento y oportunidad: Antes del blanqueamiento, durante el blanqueamiento y después del tratamiento blanqueador. Se describen las distintas modalidades y materiales para cada una de esas alternativas.
También proponen un tratamiento para la sensibilidad por medio de agentes químicos (antiinflamatorios, obliterantes de túbulos dentinales, fluoruros, oxalato de potasio y glutaraldehído) y físicos (selladores de túbulos).
El blanqueamiento integral constituye un tratamiento que tiene en cuenta el grado de sensibilidad que el paciente manifieste, completado con un correcto diagnóstico. Independientemente del nivel de sensibilidad del paciente, es posible relacionar las concentraciones del peróxido de carbamida (10, 15, 20, 22%), con la cantidad de horas de uso, como así también la frecuencia y alternancia utilizando técnicas de blanqueamiento diferenciadas.
Existen diversas alternativas de tratamiento de la sensibilidad dentaria, por lo tanto, se deben contemplar todas las características posibles del paciente, los productos blanqueadores y el tiempo de uso. De esta manera, la sensibilidad durante el blanqueamiento integral puede ser eliminada o disminuida a niveles tolerables, mediante el empleo de las técnicas previamente descriptas. También debemos tener en cuenta que, independientemente del blanqueamiento, la hipersensibilidad dentinaria es una condición muy común y frecuente en nuestra consulta. Es por eso que tenemos que orientar a nuestros pacientes sobre las diferentes tecnologías desensibilizantes que existen en el mercado, para que puedan elegir la crema dental que más se adecue a sus necesidades.
Fig.1: Teoría hidrodinámica.
Fig.2: Túbulos dentinales ocluidos que impiden la llegada del estímulo.